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| Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871) |
| Sesión: 20 de noviembre de 1869 |
| Cámara: Congreso de los Diputados |
| Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Carrascón |
| Número y páginas del Diario de Sesiones: 163, 4.327, 4.328 |
| Tema: Presentación del proyecto del Consejo de Estado; Enterramiento de los que mueren fuera del gremio de la iglesia católica |
El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El Gobierno no ha pensado hasta ahora en presentar la ley orgánica del Consejo de Estado, porque era natural que esperase la organización administrativa y económica del país, y como esto depende de las leyes orgánicas que están en estudio en las comisiones, que luego han de venir a la discusión de las Cortes, hasta que el Gobierno no conozca perfectamente cuál es la organización administrativa del país no procederá a ocuparse de la ley orgánica del Consejo de Estado, puesto que el Consejo de Estado no es más, como suele decirse, que el coronamiento de la organización administrativa del país.
El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): El Gobierno no tiene noticia alguna de que pueda haber ningún ciudadano que en este momento, o de poco tiempo a esta parte, haya sido privado de sepultura. Si el Gobierno no hubiera tenido noticia de algún hecho semejante, hubiera procurado evitarlo en el instante. Porque el Gobierno no sólo está en el caso de evitar eso, no sólo ha tomado disposiciones convenientes respecto a este asunto antes de que las Cortes Constituyentes decretaran la libertad de cultos, sino que después todos los expedientes que pueden tener alguna relación con esto se resuelven en el mismo espíritu que quiere el Sr. Carrascón. Pierda cuidado S. S., que el Gobierno hará que todas las autoridades, así provinciales como municipales, cumplan con su deber en este punto, y se respete uno de los principios que más falta hacía en este país, y que afortunadamente tenemos ya consignado en nuestra Constitución. [4.327]
En los pueblos donde no haya locales a propósito para inhumar a las personas que mueran fuera de la religión católica, se procurará que los haya, y entretanto no quedará desatendida ninguna queja que pueda haber en ese sentido.